La respiración es el instrumento más simple y perfecto de todos los que
disponemos. “ Sin respiración no hay
vida”.
El sistema respiratorio ayuda a la circulación de la sangre, regula el
sistema nervioso autónomo central, hace masajes a las vísceras, ect…
Permite un intercambio entre el exterior e interior. Cuando inspiramos una
pequeña parte del mundo entra en nosotros, cuando expiramos alguna cosa de
nosotros va a parar al mundo.
Es importante respirar de una forma correcta, no demasiado corta,
superficial, rápida e irregular. Con una respiración profunda la persona está
más activa, lúcida y equilibrada.
Las emociones negativas suelen estar de alguna forma relacionadas con
respiraciones alteradas. Por el contrario, los sentimientos de felicidad, amor,
abundancia, comprensión generan una respiración más profunda y rítmica.
Con la respiración consciente, regulada y controlada, la absorción de la
energía primordial es mucho mayor y por ello las personas que acumulan mayor
energía irradian vitalidad, fuerza y salud en general.
Ejercicio simple de respiración que restituye el equilibrio de todas las
funciones:
Se trata de completar 36 respiraciones. Comenzando siempre con
una exhalación y posteriormente una inhalación, después una segunda respiración
de exhalar e inhalar y así sucesivamente hasta completar las 36. Se puede utilizar en cualquier momento del día
para aumentar y equilibrar la energía vital, y así conseguir armonía y
sanación.
Exhalando: extraemos al exterior nuestras tóxinas e impurezas (dióxido de
carbono)
Inhalando: proveemos al cuerpo de aire renovado, de oxigeno que circulará
por cada una de las células de nuestro organismo.
Primero de todo: Sea la sonrisa, relaje los hombros, exhale toda la suciedad, escepticismo y
las actitudes. Después reciba, inhale toda la abundancia cósmica, la alegría,
la risa y felicidad.